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La Dra. Jane y sus amigos animales


¿Quieres saber cómo es la relación de la Dra. Jane Goodall con los animales? No te pierdas esta carta en la que nos lo explica con sus propias palabras.

"Los animales me ayudan a sobrellevar mis días de viaje. A medida que voy de un lugar a otro del mundo, apunto y recuerdo muy bien a todos esos animales a los que conozco a lo largo del camino. Os presentaré a algunos de ellos.

Uno de los momentos álgidos de mi visita a Kelowna en Canadá fue mi encuentro con Tundra, una loba de once años que acudió con su dueño, Gary Allan, a la verde habitación en la que me encontraba antes de mi conferencia. 
















 


Gary, Tundra y la Dra. Jane                                                                                                                       Tundra y la Dra. Jane

Es un ser magnífico, muy calmada y relajada. Pero, cuando la miras a los ojos, puedes ver la sabiduría que encierran, aunque fuese adoptada cuando era una cachorra de tan solo tres semanas de vida y nunca haya experimentado la vida silvestre. Pude disfrutar de una maravilosa media hora de su compañía y me sentí muy privilegiada y revitalizada. 
Tundra y Gary visitan escuelas. Ella disfruta estando con seres humanos y, gracias a ella, muchos niños y niñas ven a los lobos de una manera diferente. Esto es muy importante, ya que existe una cultura de odio y desconocimiento que rodea a los ancestros de nuestros perros domésticos. La juventud debe aprender que los lobos, como sus mascotas caninas, tienen sentimientos y lazos sociales muy fuertes. Son muy inteligentes y merecen nuestro respeto, no una persecución despiadada y cruel.
Tundra ama a Gary y siempre quiere estar con él. Incluso ha conseguido colarse dentro de su dormitorio. Cuando le pregunté a Gary si la cama era suficientemente grande para ambos, me aseguró riendo que ella duerme en el suelo.
Además, Tundra goza de la compañía de otro lobo, Nahanni, un lobo ártico casi puro, y congenian muy bien, pero él prefiere quedarse fuera, en su gran recinto.

Otro encuentro interesante fue el que tuve con una gran vaca frisona durante uno de los cortos descansos en una entrevista para Master Class en Los Ángeles. Seguro que me dijeron su nombre, pero debo admitir que no lo recuerdo. No sé qué le estaría contando, ¡pero ella estaba claramente interesada!
 

La Dra. Jane y la vaca frisona de Los Ángeles

Aprendí a ordeñar vacas cuando era joven. Es un sentimiento estupendo: sentarse en una banqueta y extraer con delicadeza la leche en un cubo. La introducción de las ordeñadoras mecánicas es terrible y a menudo dolorosa para las vacas. De hecho, toda la industria láctea es horrible. Pero esta vaca tiene una vida tranquila y se entretiene manteniendo la hierba del terreno bien recortada.

Cuando yo era joven, pasaba cada momento que podía subida a un caballo. Era una apasionada de la equitación y la extrañé mucho cuando tuve que mudarme a Londres a trabajar. Así que siempre es un placer conocer a caballos en mis viajes. Nickolai es el caballo de una de las queridas amigas y colaboradoras del IJG, Allene Lapedes, y me encanta alojarme en la casa de invitados de su rancho cuando voy a Santa Fe. Nickolai tiene allí su cuadra, pero cada mañana se acerca para pedir una caricia en el hocico ¡y una manzana! 

Permitidme que termine con los perros de Birches, nuestra casa familiar en Bournemouth, donde crecí y donde descanso el poco tiempo libre que tengo entre mis viajes. Allí siempre ha habido perros. Ahora mismo, tenemos una galga rescatada, Callie, que es muy dulce, preciosa y completamente descerebrada. Ganó 17 carreras antes de retirarse, pero nunca fue tratada con crueldad. La trajimos con Bean, un whipped. Por supuesto, los amo porque son perros y porque me dan una razón para caminar por los acantilados cada día. Pero no son perros "mascota ideal", y no he creado con ellos una conexión tan fuerte como la que tenía con sus predecesores, Whisky, Poppy, Hamish, Astro y Charlie. ¡Cuánto echo de menos a Charlie! Todos la añoramos. 
 
Callie echándose una siesta

Ahora dejadme que os cuente una historia sobre Charlie. Estábamos en mayo, esa época del año en la que brotan todas las flores en Bournemouth. Y, como siempre, saqué a Charlie a pasear después de la comida. Ya que había tantas flores, me llevé la cámara de fotos. Sucede que la razón principal por la que salía a pasear era para que Charlie se ejercitase, así que mi álbum de "primavera en Bournemouth" está llena de imágenes de Charlie caminando delante y mostrando su parte trasera. Así que decidí intentar retratarla con unas flores y la oportunidad no se hizo esperar. La convencí de que se acercase a una planta y le dije "siéntate" y, después, "quieta". Para mi sorpresa, ella hizo justo lo que le había pedido, pero parecía sentirse un poco tonta, a pesar de los elogios que yo le lanzaba. Así que fijó su mirada al frente y no me miraba a mí. Le sugerí que sería maravilloso que se acercase un poco más a la azalea y mirase a la cámara. ¿Su respuesta? Se acercó y se sentó...¡pero encima de la azalea!
 

Charlie y la azalea
 
Espero que pronto pueda compartir más novedades de los maravillosos animales que me encuentro por el mundo.
¡Hasta la próxima!"
Dra. Jane Goodall

04/10/2019
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