Kabi, rescatado de los cazadores furtivos

Durante una patrulla de rutina, un equipo de guardias forestales descubrió un campamento de cazadores ilegales en Likouala, una zona fronteriza en el norte de la República del Congo. El campamento temporal estaba en medio del bosque, repleto de pieles y partes de numerosos animales asesinados… y también había una cría de chimpancé atada y aterrorizada. Los cazadores lograron huir, pero toda su “caza” fue confiscada y el bebé chimpancé fue rescatado. El pequeño fue nombrado Kabi, en honor a un pueblo cerca de donde fue confiscado llamado Mokabi.



Como en otras oportunidades, el equipo del IJG en Tchimpounga, dirigido por la veterinaria española Rebeca Atencia, fue el encargado de acoger a Kabi, que estaba asustado pero no tenía heridas visibles. A juzgar por el crecimiento de sus dientes, especialmente de sus caninos, el equipo del IJG estima que Kabi tiene alrededor de dos años. Se le hizo una revisión veterinaria y se le dio un tratamiento para los parásitos intestinales. Kabi estuvo un tiempo en cuarentena, con un par de experimentadas cuidadoras turnándose para cuidarle las 24 horas, y darle afecto, comida y protección. Estas crías suelen tener traumas tras haber visto morir a su madre y a parte de su grupo familiar a mano de los cazadores humanos. Y poco después, se sienten solos, abatidos y desprotegidos, hasta que descubren que pueden volver a confiar y que hay otros humanos dispuestos a cuidarlos, nutrirlos, y rehabilitarlos para que puedan volver a vivir entre chimpancés y un día retornar a la selva.

  

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