Luchando contra el cambio climático en Senegal

El proyecto BCR (Building Community Resilence to Climate Change in Senegal) es una iniciativa creada en 2019, junto al IJG Canadá y con la financiación del gobierno canadiense a través de su agencia Global Affairs Canada, para aumentar la resiliencia de las comunidades vulnerables al cambio climático, con énfasis en la sostenibilidad ambiental y en la igualdad de género.

Se desarrolla en un total de 21 pueblos de 4 comunas (Dakateli, Dindéfélo, Dimboli y Fongolimbi) de la región de Kedougou, una zona calurosa en el sudeste de Senegal y muy vulnerable al cambio climático.



Allí residen la mayoría de los chimpancés que quedan en el país, pertenecientes a la subespecie Pan troglodytes verus, en peligro crítico de extinción y particularmente amenazados por la pérdida y degradación de su hábitat, debido a causas como la deforestación, los incendios forestales y la sobreexplotación de frutos salvajes.

La vida tampoco es fácil para la gente local, que depende sobre todo de sus cultivos para nutrirse y generar ingresos, y directamente de la naturaleza para muchos recursos: lluvias para campos, arroyos y pozos de agua, bosques sanos para frutos, medicina, madera, leña…

Por tanto, mejorar la gestión de los recursos naturales y la productividad de sus cultivos, en un contexto de crisis climática, es esencial para el desarrollo sostenible y la supervivencia de las comunidades y de las otras especies con las que comparten hogar.

Y debido a que la mayor parte de las tareas más duras y no remuneradas recae sobre las mujeres, que además no disfrutan de las mismas oportunidades, el proyecto impulsa la toma de conciencia social y la búsqueda de igualdad de derechos, de modo que las mujeres son las principales beneficiarias y agentes del cambio.

Las actividades están dirigidas a incrementar la práctica de la agricultura del fonio, mitigar los efectos del cambio climático mediante la reforestación y la fabricación de biocarbón de paja, aumentar la sensibilización sobre la gestión sostenible de recursos naturales y apoyar a las comunidades con equipamiento, formación y maquinaria.
 

Agricultura sostenible del fonio

El fonio es un sabroso cereal autóctono del tamaño del mijo, que crece sobre suelos pobres, sin fertilizantes químicos, y que no implica deforestación. Por tanto, incrementar su agricultura y facilitar su proceso de transformación y venta es importante para poder adaptarse a los efectos del cambio climático en la productividad de los cultivos, así como evitar aumentar otros cultivos que implican deforestación y disminuir la importación de granos con precios al alza y mayor impacto ecológico debido a su transporte (por ej., el arroz de Asia).

Para ello, el IJG forma a mujeres, dedicadas al cultivo de fonio, y las provee de semillas, del equipamiento necesario y de la formación para la constitución y gestión de agrupamientos cooperativos, llamados GIE (Grupos de Interés Económico). También se están construyendo 14 edificios para albergar las maquinas que proporcionaremos para quitar de forma rápida y eficiente la cáscara de los diminutos granos de fonio, reemplazando el tedioso proceso que suelen realizar las mujeres y niñas en morteros y que requiere de muchas horas para producir unos pocos kilos. De este modo, se libera tiempo de las mujeres, se facilita el procesamiento para su consumo, se mejora la seguridad alimentaria y se aumenta la venta del producto con valor agregado a las ciudades. 


Producción de carbón ecológico

En la gran mayoría de Senegal, especialmente en hogares de zonas rurales, se cocina con carbón o leña. Al mismo tiempo, la elaboración de carbón en base a madera está prohibida en muchas zonas para evitar la deforestación, pero la práctica es tolerada, ya que no suele haber alternativas. En el marco de nuestro proyecto BCR, y con la ayuda de consultores privados, realizamos sesiones de formación en 11 pueblos para enseñar a las agrupaciones locales (la mayoría compuestas exclusivamente por mujeres) cómo producir carbón ecológico a partir de la paja, una alternativa a la tala ilegal y quema de árboles para carbón.
 
La paja crece abundantemente en las sabanas de esta región y constituye una fuente importante de combustible en los incendios forestales, por lo que su aprovechamiento para producir biocarbón también contribuye a reducir los incendios forestales en un ambiente cada vez más cálido debido al cambio climático. El polvo seco, producto de la cocción de la paja en hornos con poco oxígeno, es mezclado con algo de arcilla y prensado para hacer briquetas de carbón, que son ligeras, generan más calor que el carbón normal, y apenas producen humo.


Los agrupamientos locales son formados al mismo tiempo para convertirse en cooperativas oficiales GIE, que podrán vender las briquetas de carbón ecológico a las poblaciones urbanas para diversos usos (cocción, planchado, elaboración de té...).

 

Sensibilización y empoderamiento de las comunidades

A través del proyecto, impartimos talleres de sensibilización sobre la gestión sostenible de los recursos naturales en  los 21 pueblos, incluyendo temas como la deforestación, la polución del agua, la sobreexplotación de los recursos, la erosión del suelo, y los incendios forestales, proveyendo al mismo tiempo a la comunidad local de equipamiento y formación para luchar contra estos incendios que dañan a la biodiversidad y contribuyen a la crisis climática.


Del mismo modo, hacemos formaciones en igualdad de género para empoderar a las mujeres locales, agentes cruciales en la lucha contra el cambio climático.

Además, el proyecto tiene como objetivo en 2023 la creación de ocho viveros forestales con pozo de agua, gestionados por mujeres, para mejorar la seguridad alimentaria, para favorecer la plantación de especies forestales que están en disminución (karité, baobab, lare, lengue…), y aumentar la disponibilidad de recursos naturales, así como la capacidad de la masa forestal para secuestrar dióxido de carbono, elemento fundamental para reducir el efecto invernadero.


Con este ambicioso proyecto el IJG va a impactar positivamente en la vida de miles de personas y en la preservación del entorno, beneficiando también la conservación de los bosques y el hábitat de los chimpancés que habitan la zona.

El proyecto está dirigido en terreno por el Director de programas Demba Coundoul, y apoyado y supervisado por el Director general del IJGE, Federico Bogdanowicz. Esta iniciativa internacional de desarrollo sostenible, con un enfoque de igualdad de género, complementa los programas de investigación y conservación de chimpancés y su hábitat, y los proyectos de educación ambiental y desarrollo sostenible que el IJGE viene ejecutando en la región.