Perrine, una pequeña luchadora

Perrine fue rescatada a punto de morir. Un aviso de la organización PALF alertó al equipo del Instituto Jane Goodall Congo sobre un posible bebé chimpancé que necesitaba ser rescatado urgentemente. Efectivamente, al encontrarla, descubrieron a una pequeña luchadora. Perrine apenas pesaba 2kg, tenía fiebre y estaba paralizada excepto por su brazo derecho.

Perrine apenas podía caminar cuando llegó a Tchimpounga (© IJG / Fernando Turmo)

Su crítico estado dejó impactados a los cuidadores cuando la trasladaron al Centro de Rehabilitación de Tchimpounga. Rápidamente, el equipo comenzó a actuar para salvarla. Las primeras pruebas confirmaron que la pequeña necesitaba una transfusión de sangre, debido a la anemia, la hinchazón de las piernas y la hipotermia recurrente. Entonces, la Dra. Rebeca Atencia viajó desde España al Congo para iniciar el procedimiento lo más rápido posible. 

La pobre Perrine pasó unas semanas difíciles, en las que apenas quería comer y los cuidadores la sostenían en brazos o arropándola con botellas de agua caliente para mantenerla en calor. Poco a poco, esta joven luchadora fue ganando fuerza y en tres meses se recuperó por completo.

Perrine y Zezé se hicieron inseparables desde el principio (© IJG / Fernando Turmo)

Por fin, Perrine estaba lista para conocer al resto de chimpancés del grupo de infantes de Tchimpounga. Al primero que conoció fue a Zezé, otro pequeño también rescatado de la caza furtiva. Desde el inicio, ambos forjaron un vínculo especial y se volvieron inseparables. Aunque Perrine se ha integrado bien con el resto de chimpancés, Zezé es su mejor amigo y siempre busca consuelo y apoyo en él

Hoy, Perrine prospera en el entorno seguro de Tchimpounga. Su fortaleza para luchar por su vida es un claro reflejo de su nombre, puesto en honor al coordinador de PALF que le salvó la vida, y que deriva del latín petros, que significa piedra o roca. 

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NOTA: El IJG no aprueba el mascotismo de primates ni el contacto o la interferencia con chimpancés salvajes. Los chimpancés que interactúan con el cuidador en estas imágenes son huérfanos rescatados y viven en el Centro de Rehabilitación de Tchimpounga.