Ngoro, la chimpancé con mirada "humana"

Ngoro es una chimpancé con una historia dura y una personalidad muy especial. A diferencia de sus congéneres Pan troglodytes que tienen las escleróticas de los ojos oscuras, Ngoro tiene escleróticas blancas, lo cual le da una mirada muy similar a la de los humanos. Ngoro era una cría cuando fue rescatada de traficantes furtivos y llevada al Centro de Rehabilitación del Instituto Jane Goodall en Tchimpounga, el santuario más grande de África con más de 160 primates a su cargo. Ngoro fue confiscada por las autoridades de vida silvestre en Pointe Noire, la segunda ciudad de la República del Congo. Como muchos otros chimpancés traficados que han visto a sus madres ser asesinadas, Ngoro estaba delgada y deprimida. Se sentaba abrazándose a sí misma y casi sin moverse. El personal del IJG trabajó muy duro para rehabilitarla no sólo físicamente, sino también psicológicamente. Una vez que se hubo recuperado lo suficiente, Ngoro fue integrada con otros chimpancés que habían llegado a Tchimpounga ese año. Luego, todos se integraron en grupo mayor con otros chimpancés de la misma edad.

        

Ngoro también ha luchado con problemas de salud. Era siempre  la primera en enfermarse y nunca recuperaba el peso como los demás. Después de muchas pruebas, se encontró que tenía úlceras gástricas. Se desconoce el origen de las mismas –podría deberse a su mal estado de salud antes de ser rescatada, o al estrés de perder su madre y no terminar de adaptarse a un grupo social grande. En cualquier caso, el equipo de Tchimpounga decidió que necesitaba vivir con un grupo social más pequeño, uno en el que pudiera manejar su estrés de la mejor manera posible, sin dejar de tener la compañía de otros chimpancés.

El primer paso fue ponerla con Podive y otros chimpancés que tienen problemas especiales de salud y tienen que ser separados de los grupos sociales más grandes. Por la noche, Podive y Ngoro eran vecinos de La Vielle y algunos de los otros chimpancés más jóvenes. Los chimpancés son tan inteligentes que no es de extrañar que muchos sean artistas del escapismo y se las arreglen para pasarse de un recinto a otro, a pesar de todas las medidas para evitarlo. Ngoro es uno de esas chimpancés a la que le gustan esos desafíos, y con frecuencia se colaba en el mismo recinto que La Vielle, o con Lemba y los chimpancés más jóvenes.

Ngoro es también una chimpancé muy empática que se preocupa por los demás. Otra de sus vecinas era Lounama, que tiene un problema en el corazón. Con amabilidad, Ngoro a menudo compartía su comida a través de la malla de alambre con Lounama. Si bien esto era un gesto encantador, por desgracia no se podía permitir que continuara porque Lounama necesita tener una dieta muy estricta debido a su condición cardíaca. Pero es difícil hacerle entender esto a Ngoro, que mira confundida con esos ojos tan tiernos, con escleróticas blancas como sus primos humanos.

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