Las crías del guerra del Congo traen esperanza para estas amenazadas especies.
BUKIMA, DR Congo (AFP) – Arriba, en la llanura maltratada por la guerra, un gorila de espalda plateada arranca las hojas de una planta con sus mellados dientes. Cerca, cinco hembras amamantan a su crías. El mundo puede celebrar un pequeño milagro en el Congo oriental.
Los guardas acogieron la escena con sigilosa estupefacción tras abrirse paso durante dos horas por el verdor de la jungla. El viernes, el único sonido que se escuchaba era el de los metálicos machetazos en las enredaderas y el zumbido de los insectos.
El director del paque Emmanuel de Merode, describió el descubrimiento de los cinco recien nacidos en el censo mensual como algo fuera de lo normal, dado que el amenazado hábitat de los gorilas ha sido zona de guerra durante un gran tiempo.
Estas crías de guerra han nacido durante los 15 meses en el que los rebeldes CNDP han tenido bajo control el sector del gorila oriental en el Paque Nacional Virunga, del que los guardas perdieron todo contacto. De Merode consiguió este mes al negociar directamente con el lider rebelde Laurent Nkunda que se perimitiese a los guardas regresar al parque, los cuales pudieron echar un primer vistazo al estado de la población de los gorilas amenazados.
El descubrimiento del viernes “no confirma nada sobre la población en su totalidad. Esto es lo que realmente nos preocupa y sólo lo sabremos cuando el reconocimiento se complete en tres semanas”, advirtió De Merode, añadiendo que solo dos de los siete grupos en el parque han sido localizados hasta la fecha.
Innocent Mburanumwe, cuyo padre fue también guarda, es el único que puede identificar a los gorilas. Él y sus uniformados camaradas hacen gruñidos a medida que se mueven por el grupo de gorilas, identificándolos por las huellas y marcas de la nariz, únicas en cada individuo.
De Merode dijo que, a pesar de las apariencias, los gorilas que han estado expuestos al peligro podrían no haber sido indiferentes a las batallas que se han librado alrededor suya. “Han estado en todo el centro de la guerra. Bukima (el puesto de guardas más próximo) fue uno de las frentes de guerra y las luchas se producían constantemente en ese area”, comunicó.
El año pasado, ocho gorilas fueron tiroteados en el parque. Kabirisi tomó el cargo del grupo hace diez años, cuando el macho dominante fue alcanzado en un tiroteo durante las batallas de 1998. Ahora, se estiman alrededor de 30 gorilas, pero los guardas tendrán que repetir las visitas a cada grupo para asegurarse.
Innocent y sus compañeros están contentos de estar de vuelta para ofrecer a los gorilas la protección que está en sus manos. “Ha pasado mucho tiempo desde que vi por última vez a mis gorilas. Los he echado de menos”, dijo, comprobando sus anotaciones y videos antes de abandonar a su grupo en el bosque y a los gorilas en su frágil paz.
Para leer noticia entera clickar aquí (en inglés)
El director del paque Emmanuel de Merode, describió el descubrimiento de los cinco recien nacidos en el censo mensual como algo fuera de lo normal, dado que el amenazado hábitat de los gorilas ha sido zona de guerra durante un gran tiempo.
Estas crías de guerra han nacido durante los 15 meses en el que los rebeldes CNDP han tenido bajo control el sector del gorila oriental en el Paque Nacional Virunga, del que los guardas perdieron todo contacto. De Merode consiguió este mes al negociar directamente con el lider rebelde Laurent Nkunda que se perimitiese a los guardas regresar al parque, los cuales pudieron echar un primer vistazo al estado de la población de los gorilas amenazados.
El descubrimiento del viernes “no confirma nada sobre la población en su totalidad. Esto es lo que realmente nos preocupa y sólo lo sabremos cuando el reconocimiento se complete en tres semanas”, advirtió De Merode, añadiendo que solo dos de los siete grupos en el parque han sido localizados hasta la fecha.
Innocent Mburanumwe, cuyo padre fue también guarda, es el único que puede identificar a los gorilas. Él y sus uniformados camaradas hacen gruñidos a medida que se mueven por el grupo de gorilas, identificándolos por las huellas y marcas de la nariz, únicas en cada individuo.
De Merode dijo que, a pesar de las apariencias, los gorilas que han estado expuestos al peligro podrían no haber sido indiferentes a las batallas que se han librado alrededor suya. “Han estado en todo el centro de la guerra. Bukima (el puesto de guardas más próximo) fue uno de las frentes de guerra y las luchas se producían constantemente en ese area”, comunicó.
El año pasado, ocho gorilas fueron tiroteados en el parque. Kabirisi tomó el cargo del grupo hace diez años, cuando el macho dominante fue alcanzado en un tiroteo durante las batallas de 1998. Ahora, se estiman alrededor de 30 gorilas, pero los guardas tendrán que repetir las visitas a cada grupo para asegurarse.
Innocent y sus compañeros están contentos de estar de vuelta para ofrecer a los gorilas la protección que está en sus manos. “Ha pasado mucho tiempo desde que vi por última vez a mis gorilas. Los he echado de menos”, dijo, comprobando sus anotaciones y videos antes de abandonar a su grupo en el bosque y a los gorilas en su frágil paz.
Para leer noticia entera clickar aquí (en inglés)
Traducción hecha por
Carmen B de los Santos
el 01/12/2008
el 01/12/2008
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