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Últimos rescates de bebés chimpancés en Angola


Os contamos las historias de algunas de las recientes crías llegadas a nuestro Centro de Rehabilitación de Tchimpounga para ofrecerles la segunda oportunidad que se merecen

La República de Angola, situada a menos de una hora de la ciudad de Pointe Noire (Congo), se ha convertido en un foco de recientes confiscaciones de chimpancés. Este país vecino de la República del Congo cuenta con una ley que protege a los chimpancés de la caza furtiva, pero no dispone de una organización que monitoree su aplicación, por lo que muchos chimpancés son robados de su hábitat para convertirse en mascotas ilegales en casa de particulares.

Aunque en los últimos años el gobierno angoleño se ha esforzado por desarrollar instalaciones de acogida básicas y temporales para los individuos rescatados, carecen de infraestructuras y personal experimentado para los cuidados de rehabilitación a largo plazo.
 
Chimpancés rescatados en Angola y trasladados al Centro de Rehabilitación
de Chimpancés de Tchimpounga, en Congo (IJG / Paloma Corbi)
 
De modo que, ante el aumento del número de chimpancés consficados en la zona y la saturación de los centros de acogida temporales, se decidió trasladar a los individuos rescatados a un entorno de vida más adecuado para ellos. El sitio elegido fue nuestro Centro de Rehabilitación de Tchimpounga, en Congo.

Los traslados planificados tuvieron que posponerse durante un tiempo, pero en el último año el IJG consiguió los permisos necesarios para transferir con éxito a los chimpancés rescatados en Angola, que mientras tanto habían estado en las instalaciones temporales del Parque Nacional de Maiombe. Hoy, por fin, ya están en nuestro centro de rescate, donde poco a poco se van recuperando de sus secuelas físicas y mentales.

Os contamos las historias de algunos de ellos.

Maiombe

La pequeña Maiombe fue víctima de los cazadores furtivos y vivía como mascota en la casa de un aldeano. Cuando el gobierno angoleño se enteró, la confiscó y la trasladó al campamento base del Parque Nacional de Maiombe.

En el momento de su rescate, Maiombe era muy frágil, y al ser uno de los primeros chimpancés rescatados que se acogía, la dejaron que anduviera libre por el campamento, ya que no se habían construido aún recintos apropiados.

A medida que fue creciendo, Maiombe se volvió más curiosa y traviesa, y sus cuidadores temían que se alejara demasiado y volviera a caer en las redes de los cazadores furtivos. Así que construyeron un recinto para ella, que más tarde ha servido también para ayudar a albergar a los otros chimpancés rescatados.

Maiombe ya está en Tchimpounga rehabilitándose y teniendo su segunda oportunidad junto a otros chimpancés también rescatados.
 
Maiombe explorando el entorno de su nuevo hogar en Tchimpounga (IJG / Fernando Turmo)
 
Zizi

Zizi vivía como mascota en una residencia privada en el pueblo de Cacongo. Sus dueños la tenían encerrada en una pequeña jaula junto a otro joven chimpancé, Zezé, en el patio trasero de la casa.

Cuando el gobierno angoleño los confiscó, Zezé estaba desnutrido y su estado de salud se estaba deteriorando, por lo que fue trasladado de urgencia a Tchimpounga.

Zizi, en cambio, se quedó en el centro de acogida temporal del Parque Nacional de Maiombe, donde pasó a ser la nueva compañera de Maiombe, a la espera de ser trasladada también a Tchimpounga para reencontrarse con su amigo.
 
Maiombe y Zizi se hicieron amigas en el Parque Nacional de Maiombe,
antes de ser trasladadas a Tchimpounga (IJG / Fernando Turmo)
 
Jacka

Jacka fue descubierto en un restaurante de la aldea de Cacongo. El propietario del local lo había comprado a unos cazadores furtivos y lo utilizaba como atracción turística para captar clientes. Pero esta no era su primera vez. En 2020 ya había sido descubierto con las chimpancés Rickita, Johana y Tina en su establecimiento, que fueron rescatadas y trasladadas a Tchimpounga, donde han recibido los cuidados necesarios desde entonces.

En el momento de su rescate, Jacka era muy pequeño y requería mucho consuelo y atención. Por ello, uno de los experimentados cuidadores del equipo del Instituto Jane Goodall se encargó de acompañarlo en todo momento durante los primeros meses tras su llegada al Centro.
 
Durante los primeros meses en Tchimpounga, Jacka necesitó mucho consuelo y
atención por parte de los experimentadores cuidadores del IJG (IJG / Fernando Turmo)
 
Matiaba

Matiaba vivía con un aldeano que lo había comprado a un cazador furtivo. Tras la oleada de confiscaciones de chimpancés en Buko Zau y Cacongo a través de la organización Wild at Life y el Ministerio de Medio Ambiente, el propio aldeano avisó de la tenencia de Matiaba a las autoridades del Parque Nacional de Maiombe y lo entregó.

La salud de Matiaba era pésima. Estaba desnutrido, con infecciones y parásitos, y no se esperaba que sobreviviera. Afortunadamente, con atención permanente y cuidados adecuados, Matiaba consiguió recuperar su salud física y mental.
 
Cuando Matiaba fue rescatado, no parecía que sobreviviría. Pero gracias al trabajo del
equipo del IJG, ha conseguido recuperar su salud física y mental (IJG / Fernando Turmo)
 
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18/06/2024
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