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En el Día Mundial del Gorila, protejamos su hábitat


Hoy, 24 de septiembre, celebramos el Día Mundial del Gorila, una especie que sigue en peligro de extinción. 



El gorila es el primate de mayor tamaño, pese a llevar una alimentación esencialmente herbívora. Su ADN coincide con el del ser humano en un 97-98%, pero pueden llegar a medir dos metros y alcanzar los 200 kilos de peso. Existen dos especies de gorila: el occidental, que se divide en la subespecie de las tierras bajas y el del río Cross; y el oriental, que a su vez se divide en gorila de montaña y de las tierras bajas. Las cuatro subespeces están en peligro de extinción, tres de ellas en peligro crítico. 

Desde que la zoóloga estadounidense Dian Fossey centró la atención mundial en este maravilloso simio, el empeño internacional para garantizar la protección de la especie no ha cesado. Algunos esfuerzos hechos para proteger a los gorilas de montaña permitieron revertir la tendencia a la extinción, y en 2018 la población de gorila de montaña volvió a superar los mil individuos. La conservación de su hábitat entre los volcanes de Virunga y el Parque Nacional Impenetrable de Bwindi ha sido clave para lograr este éxito. Sin embargo, esta subespecie y las otras 3 tienen muchas más amenazas que debemos solventar para garantizar su futuro.

En primer lugar, los gorilas siguen siendo cazados para el consumo de su carne, considerada una delicatessen en ciertos lugares, o bien para el tráfico ilegal de individuos vivos, especialmente de crías. Aún hay gorilas que son cazados para emplear partes de su cuerpo como ornamentos o amuletos. También los gorilas son víctimas de trampas puestas para otras especies con las que comparten hábitat, como antílopes y otros mamíferos de menor tamaño.
El Instituto Jane Goodall lleva a cabo labores de sensibilización y educación para prevenir la caza y el tráfico ilegal de chimpancés y gorilas en los dos Congos, algo que ha conseguido disminuir estos delitos y, en consecuencia, el número de crías huérfanas rescatadas. La labor de sensibilización que realizan muchas organizaciones tiene un impacto positivo en sus hábitats africanos y en el público internacional, pero aún queda mucho por hacer.




 

Carteles de sensibilización del IJG en República del Congo. Foto: IJG/Fernando Turmo

Del mismo modo, la destrucción del hábitat en todos los países africanos donde viven es otra gran amenaza para los gorilas y el resto de animales con los que comparten el entorno, siendo esta la primera causa de extinción de especies. El calentamiento global, la tala, la minería, etc. aumentan cada día la deforestacion y la fragmentación del hábitat de este y otros primates. Una de las actividades más peligrosa para este ecosistema es la extracción ilegal de minerales, especialmente los que tienen gran valor para la industria tecnológica, como el coltán y la casiterita. Se deforestan grandes sectores, se abren caminos para los camiones (que también son empleados por los furtivos), se degradan los suelos, y muchas guerrillas se instalan en la zona para lucrarse de ello, y alimentarse muchas veces de animales salvajes, como los gorilas, cuya población en la zona de conflicto de la RDC ha caido drásticamente, por ejemplo en el Parque Nacional Kahuzi-Biega. Por eso, el IJG promueve permanentemente su campaña de sensibilización "Movilízate por la selva", a través de la cual se recogen gratuitamente móviles en desuso para su reciclaje o reutilización, disminuyendo así la demanda de materias primas, y con ello la crisis ambiental y social derivada de la minería ilegal. Si tienes un móvil abandonado en un cajón, puedes descargar la etiqueta prefranqueada aquí, enviárnoslo de forma gratuita y entrarás en el sorteo mensual de un apadrinamiento como soci@ Chimpamig@

En los programas de protección del hábitat de los gorilas también se busca evitar el contacto entre poblaciones humanas y de estos simios, ya que, al ser genéticamente muy smilares, se pueden contagiar mutuamente enfermedades

El gorila es un primate de gran inteligencia, que muestra una amplia empatía y un complejo sistema de relaciones sociales. Como muestra, podemos recordar el caso de Koko, la extraordinaria gorila fallecida el año pasado y a la que la Dra. Goodall le dirigía estas palabras. Koko fue capaz de aprender a comunicarse con el ser humano a través de la lengua de signos americana y estableció una entrañable relación con sus cuidadoras y con gatos a los que ella misma cuidaba.

Por todas estas razones, celebramos el Día Mundial del Gorila y la existencia de nuestros primos evolutivos trabajando por su conservación.

24/09/2019
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