¡Pedimos una ley europea contra las granjas de pulpos!

Desde Raíces y Brotes (R&B), nuestro programa de educación ambiental, y la organización Acción Océanos, impulsamos la campaña "No a las granjas de pulpos" para reclamar una ley europea que prohíba la cría intensiva de pulpos, y evitar así el desastre ambiental y el problema ético que implicaría esta práctica. La petición, lanzada el pasado 8 de octubre por el Día Mundial del Pulpo en la plataforma Change.org, cuenta ya con más de 5.000 firmas recogidas y con el apoyo de nuestra fundadora, la Dra. Jane Goodall.

"Cuando me enteré de que empresas españolas planean encerrar a estas criaturas sensibles y fascinantes en "granjas de pulpos", me sentí profundamente angustiada. Estas granjas no podrán ofrecer las condiciones que los pulpos necesitan y merecen, e inevitablemente causarán un nivel de sufrimiento que ahora sabemos que es inaceptable. Espero que nos ayuden a evitar esta situación. Debemos actuar ahora", señala la Dra. Goodall.

La cría de pulpos en cautividad para su consumo no existe todavía. Pero en 2021, la empresa española Nueva Pescanova anunció su intención de abrir la primera granja de cría intensiva de pulpos en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria, con el fin de comercirlos para su consumo. La compañía tiene previsto empezar a vender a los primeros pulpos en 2023, pero el proyecto aún está en proceso de aprobación. Por eso, desde R&B y Acción Océanos queremos evitar esta práctica a tiempo, pues el impacto ambiental y el problema ético que conllevaría es incuestionable. 

Los pulpos son animales fascinantes, dotados de 3 corazones y un complejo sistema nervioso y paquete neuronal en sus 8 tentáculos que les hace extremadamente inteligentes, capaces de usar herramientas, y además son capaces de sentir emociones como el sufrimiento y el dolor.

Tráiler del documental "Lo que el pulpo me enseñó" (My Octopus Teacher), ganador del Óscar en 2021,
donde el cineasta Craig Foster traba una curiosa amistad con un pulpo y descubre los misterios de su mundo

Además, para su desarrollo necesitan espacio y estímulos cognitivos que no se les facilitaría en estas instalaciones. Por otro lado, el impacto ambiental de este tipo de explotaciones es altísimo, con contaminación por el uso de compuestos químicos como alguicidas o antibióticos que afectaría a muchas zonas por las corrientes marinas, y con sobreexplotación de los recursos pesqueros para poder alimentar a estos animales, que necesitan consumir tres veces su propio peso en alimento para sobrevivir. 

En el Instituto Jane Goodall España, nos oponemos firmemente a la creación de las granjas de pulpos y, junto a la Dra. Jane Goodall, apoyamos la campaña "No a las granjas de pulpos". Esta es nuestra oportunidad para pedir a la Unión Europea una normativa que impida que los pulpos sean criados en cautividad para su consumo y necesitamos tu apoyo para hacerla realidad. 

Firma la petición aquí para ayudarnos a proteger a los pulpos y a los ecosistemas marinos.