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La Dra. Jane Goodall contra el cautiverio de los cetáceos


Declaración de la Dra. Jane Goodall y del Comité Global de Ética del Instituto Jane Goodall


Desde el Instituto Jane Goodall España, apoyamos y reproducimos a continuación la declaración oficial de nuestra fundadora contra la cautividad de cetáceos en zoológicos y acuarios, en España y en el resto del mundo:

"¿Quién no se asombra al ver a los delfines desplazarse en grandes manadas por el océano, nadando en estrecha formación, con sus lomos asomando rítmicamente por encima de las olas, mientras viajan a gran velocidad? Un delfín saltando fuera del agua, mientras da vueltas y vueltas, nos llena de alegría, pero también sugiere que el delfín está experimentando alegría. Sentimos una conexión inmediata con estos mamíferos sintientes de gran cerebro. También las enormes aletas dorsales de las majestuosas orcas que nadan como una unida manada familiar a través de las aguas brumosas nos llenan de un profundo sentimiento de asombro.

Los océanos son ecosistemas muy variados y ricos, donde los cetáceos prosperan de muchas maneras. Los cetáceos pueden viajar decenas de millas al día y sumergirse con frecuencia a profundidades superiores a los 450 metros1Estos mamíferos inteligentes tienen vidas sociales y emocionales complejas; por ejemplo, el delfín mular vive en grupos de fisión-fusión, similar a la estructura social de los chimpancés. Los cetáceos demuestran complejas y colaborativas estrategias de caza y uso de herramientas. Por ejemplo, los delfines crean un anillo de lodo alrededor de los peces en aguas poco profundas, para que sus congéneres puedan alimentarse de los peces que saltan. Algunos cubren sus hocicos con esponjas como una forma de protección durante la búsqueda de alimento en el fondo del océano. El comportamiento cultural, incluidos los dialectos de comunicación, se transmite de generación en generación. Estos mamíferos de gran cerebro se encuentran entre los organismos más inteligentes que viven en nuestro planeta.

Desafortunadamente, las condiciones de vida son totalmente diferentes para los cetáceos en cautiverio. Los cetáceos mantenidos en acuarios son principalmente los delfines mulares, pero también las orcas (o ballenas asesinas), belugas y marsopas. La historia de los cetáceos en cautividad es trágica en muchos sentidos. Su cruel captura en la naturaleza es extremadamente perturbadora y traumática, lo que implica la ruptura de los vínculos entre las madres, sus crías y otros miembros de la manada, así como muertes innecesarias. Además de que se reduce la esperanza de vida y se limita el éxito reproductivo, se han observado muchos comportamientos problemáticos, tales como agresión, pasividad, automutilación y comportamientos estereotipados. El comportamiento de los cetáceos en cautividad es, con demasiada frecuencia, indicativo de estrés, frustración y aburrimiento dentro de las paredes de hormigón de los monótonos tanques. Algunos individuos han sido mantenidos en confinamiento solitario en pequeños recintos durante años. Algunos delfines se han golpeado la cabeza contra las paredes o se han estrellado contra las ventanas bajo el agua. Muchas orcas en cautiverio tienen serios problemas dentales debido a comportamientos relacionados con el estrés. Desgastan sus dientes contra las duras paredes del tanque hasta el punto de que sus nervios quedan expuestos2.

Los cetáceos no pueden escapar de los conflictos sociales en cautividad y las instalaciones suelen ser demasiado limitadas para una intervención humana adecuada. Sus experiencias sensoriales son muy diferentes a las nuestras. ¿Cómo experimentan la vida en agua tratada artificialmente con cloro? ¿Cómo se adapta su sistema de ecolocalización a sus condiciones de vida en cautividad, rodeados de muros en lugar de la inmensidad de los océanos? ¿Qué impacto tiene para estos cetáceos estar rodeados de ruidos mecánicos, música a todo volumen y el sonido de grandes multitudes de visitantes?

Los tanques de hormigón no pueden satisfacer las necesidades biológicas de estos mamíferos inteligentes y sensibles que en la naturaleza se desplazan grandes distancias en grupos sociales.

Desde programas de televisión como Flipper, los delfines y otros cetáceos han sido tremendamente populares entre el público y han hecho que los parques marinos sean cada vez más rentables. Los cetáceos han sido adiestrados para realizar trucos repetitivos a cambio de un pez muerto. A veces se afirma que esto demuestra la inteligencia de los cetáceos, pero en realidad no demuestra en absoluto su verdadera inteligencia, como tampoco la actuación de elefantes en un circo educa al público sobre su verdadera inteligencia.

Y también está el coste humano, como se muestra en el documental Blackfish (2013). Los espectáculos de orcas han puesto en grave riesgo la vida de los entrenadores, lo que ha provocado muchas lesiones y la trágica pérdida de vidas humanas. Es difícil entender cómo se puede poner en tanto riesgo la seguridad de los entrenadores, ¿con qué fin? ¿El de sostener un anacronismo viviente, un espectáculo circense que no se ajusta a nuestra creciente sensibilidad por el bienestar animal?

Desde el punto de vista de la conservación de las especies, no es necesario tener a los delfines u orcas criando en cautividad para salvarlos en el “Arca del Zoo”, ya que no son animales en peligro de extinción. El delfín mular (Tursiops truncatus) está catalogado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como especie de “Preocupación Menor” (Least Concern). Las orcas o ballenas asesinas (Orcinus orca) están en la categoría de “Datos Insuficientes”, pero todavía hay más de 50.000 orcas en libertad3. Los espacios en los zoológicos y los acuarios son limitados. Si estos quieren tener éxito como arcas de conservación, deben centrarse en las especies catalogadas como “En peligro de extinción” que realmente necesitan un programa de cría. Un programa de conservación con posibilidades de reintroducción, como fue el caso del órix de Arabia o el cóndor de California. Además, los zoológicos y los acuarios deberían centrarse en especies cuyas necesidades básicas puedan ser atendidas, en las que puedan ofrecer condiciones que satisfagan el bienestar individual de cada animal. Claramente, los cetáceos no se ajustan a ninguno de estos criterios. El mantenimiento de los cetáceos en cautividad contradice el concepto de los zoológicos y acuarios como arcas de conservación de especies en peligro.

Pedimos una prohibición mundial inmediata y permanente de la captura, mantenimiento y cría de cetáceos en cautividad. En 2019, Canadá aprobó una legislación (Proyecto de Ley S-203) que pondrá fin a la tenencia de cetáceos en cautiverio4. Más recientemente, se presentó en Canadá el Proyecto de Ley S-241, también llamado Ley Jane Goodall, cuyo objetivo es reforzar la legislación sobre animales. Si se aprueba, esta ley puede ayudar a reubicar, entre otras, a la solitaria orca hembra Kiska en el primer santuario de ballenas del mundo en Nueva Escocia5.

Tenemos que investigar cómo podemos ofrecer el mejor futuro posible a los individuos que ya están en cautividad, como la vida en un gran santuario marino en semilibertad, o una reintroducción en la naturaleza cuidadosamente supervisada. En Corea, cinco delfines mulares fueron liberados con éxito en la naturaleza tras varios años en cautividad. Los delfines volvieron a su manada original y las tres hembras, Sampal, Chunsam y Boksoon, dieron a luz más tarde en su entorno natural6. Recientemente, el último delfín mular coreano, Bibong, fue liberado tras haber pasado 17 años en un acuario7.

Durante muchos años, la Dra. Jane Goodall ha expresado su profunda preocupación sobre el hecho de mantener a cetáceos en cautividad8. Con todo el conocimiento científico que se ha acumulado hasta ahora, el fin del cautiverio de los cetáceos es imperativo y debería haberse producido hace tiempo. Estas maravillosas criaturas merecen nada menos que una vida en su entorno natural. Les debemos nada menos que su libertad."


Firmado por:

Dra. Jane Goodall, Fundadora del Instituto Jane Goodall y Mensajera de la Paz de las Naciones Unidas

Dr. Koen Margodt, Copresidente del Comité Global de Ética del Instituto Jane Goodall

Dr. Marc Bekoff, Copresidente del Comité Global de Ética del Instituto Jane Goodall

Dr. Richard Quinn, Director del Instituto Jane Goodall Canadá
 
Con el apoyo del Instituto Jane Goodall España.
 



Referencias:
Ver https://doi.org/10.1644/05-MAMM-A-365R1.1 para delfines mulares.
Ver https://www.nationalgeographic.com/animals/article/orcas-captivity-welfare.
3 Ver https://www.iucnredlist.org/species/22563/156932432 (delfines mulares) y https://www.iucnredlist.org/species/15421/50368125 (orcas).
4 Ver https://openparliament.ca/bills/42-1/S-203/.
5 Ver https://whalesanctuaryproject.org/sanctuary-parliament-synchronicity/.
6 Ver https://whalescientists.com/captive-dolphins-release/. La Dra. Jane Goodall colaboró con Jae Choe para realizar su reintroducción (ver https://english.hani.co.kr/arti/english_edition/e_international/560748.html).
7 Ver https://www.upworthy.com/amp/last-captive-dolphin-in-south-korea-released-into-the-wild-2658468776.
8 Ver por ejemplo este vídeo https://www.youtube.com/watch?v=_aHidHMpJ6U (2011) y una carta al acuario de Vancouver https://www.ctvnews.ca/canada/jane-goodall-s-letter-to-the-vancouver-aquarium-1.1841649 (2014), así como declaraciones pidiendo el cierre de Seaworld (2015) https://cnnespanol.cnn.com/2015/04/29/jane-goodall-las-ballenas-y-los-delfines-no-deben-de-estar-cautivos-en-seaworld/

25/10/2022
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