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Día del Gorila: Trabajamos para protegerlos


El IJG trabaja contra las amenazas a la conservación de los gorilas y sus hábitats en África
 

Gorila en reserva de Lessio Louna (Congo), rescatado por fundación Aspinall (Rebeca Atencia)

Desde 2017 se celebra el Día  Mundial del Gorila cada 24 de septiembre (fecha de la creación del Centro de Investigación Karisoke por parte de Dian Fossey en Ruanda), para  concienciar sobre la situación de estos impresionantes simios y alentar su protección. El gorila es el primate de mayor tamaño, cuyos individuos macho pueden llegar a medir los dos metros y superar los 200 kilos de peso. Este animal, que comparte con el ser humano entre el 97 y el 98% del ADN, ganó popularidad gracias a la labor de investigación y divulgación de la zoóloga estadounidense Dian Fossey y su libro Gorilas en la niebla (y la posterior película protagonizada por Sigourney Weaver, donde se relata su asesinato en 1985). Desde entonces, el empeño por aumentar su protección no ha cesado y los esfuerzos conjuntos han permitido mejorar el estado de conservación de algunas poblaciones, como las de gorila de montaña - una de las cuatro subespecies que existen.

Actualmente existen dos especies del género Gorilla: el gorila occidental (Gorilla gorilla), del que escinden las subespecies de gorila occidental de tierras bajas y el gorila del Río Cross; y el gorila oriental (Gorilla beringei), cuyas subespescies son el gorila de montaña y el gorila de Grauer. Todas ellas se encuentran en la Lista Roja de Especies Amenazadas que elabora la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y, por desgracia, tres de las cuatro subespecies están catalogadas como “en peligro crítico”.
 
La caza furtiva, la destrucción y fragmentación de su hábitat, las enfermedades zoonóticas y el cambio climático son algunas de las principales amenazas para estas subespecies.
 
Gorila con su nueva cría y hermana mayor mirando con curiosidad (Fede Bogdanowicz / IJG)
 
Por un lado, la destrucción del hábitat en todos los países africanos donde viven es una gran amenaza, no solo para los gorilas, sino también para el resto de los animales con los que comparten el entorno. La tala y la minería ilegal aumentan cada día la deforestación y la fragmentación del hábitat de este y otros primates, como los chimpancés. Estas actividades se practican con el objetivo de extraer minerales, especialmente los que tienen gran valor para la industria tecnológica, como el coltán y la casiterita. De manera que se deforestan grandes áreas, se abren caminos para los camiones, se degradan los suelos… y muchas guerrillas se instalan en la zona para lucrarse de ello. Esto ha llevado a que varias poblaciones de gorilas, como la de la zona de conflicto de la RDC en el Parque Nacional de Kahuzi-Biega, hayan caído drásticamente. Otra amenaza es la potencial explotación petrolera y de gas en zonas protegidas como el Parque Nacional de Virunga (RDC).
 
En una situación de crisis climática, la subida de temperaturas también está amenazando a los gorilas, y afecta a las comunidades humanas colindantes, que buscan compensar la baja productividad de las cosechas de alimentos abriendo nuevos campos en hábitat de gorilas. En marzo de este año, un estudio reveló que los miembros de las escasas poblaciones de gorilas de montaña se veían forzados a beber más agua cuando se producían temperaturas más elevadas, una circunstancia cada vez más habitual con el calentamiento global.
 
Pero el cambio climático no solo está alterando las temperaturas, sino que también está propiciando la aparición de nuevas enfermedades que también amenazan a los grandes simios. En 2006, la revista Science publicó una investigación que advertía de que 5.000 gorilas habían fallecido a causa de ébola en el Congo y Gabón. La enfermedad se había transmitido por el contacto con humanos y en los gorilas provocó tasas de mortalidad que ascendían hasta ratios comprendidos entre el 90 y el 95%. 

Por otro lado, los gorilas siguen siendo cazados para el consumo de su carne, que está considerada un manjar en ciertos lugares, o para el tráfico ilegal de individuos vivos, especialmente de crías. También hay gorilas que son cazados para emplear partes de su cuerpo como ornamentos o amuletos. En este sentido, el Instituto Jane Goodall trabaja a diario en los dos Congos con el objetivo de proteger a estos grandes simios mediante campañas de sensibilización y educación para prevenir la caza y el tráfico ilegal de chimpancés y gorilas. Esta labor ha conseguido disminuir estos delitos y, por consiguiente, el número de crías huérfanas rescatadas. Pero aún queda mucho por hacer.

Cárteles y paneles informativos realizados para las campañas de sensibilización y educación del IJG (Fernando Turmo / IJG)

Igualmente, la directora del Instituto Jane Goodall Congo, la veterinaria española Dra. Rebeca Atencia, ayuda en la atención veterinaria de gorilas rescatados del tráfico ilegal.

La Dra. Rebeca Atencia, directora del IJG Congo, atiende a un gorila rescatado por Fundación Aspinall/PPG (Fernando Turmo)

El gorila es un primate de gran inteligencia, que muestra una amplia empatía y un complejo sistema de relaciones sociales. Como muestra, podemos recordar el caso de Koko, la gorila fallecida en 2018 y a la que la Dra. Goodall le dirigió estas palabras. Koko fue capaz de aprender a comunicarse con el ser humano a través de la lengua de signos americana y estableció una entrañable relación con sus cuidadoras y con gatos a los que ella misma cuidaba.
 
Por todas estas razones, cada 24 de septiembre celebramos el Día Mundial del Gorila y os animamos a compartir nuestro trabajo para seguir avanzando en su protección y conservación.

¿Cómo puedes ayudar?

1. ¡Recicla tu móvil antiguo! La destrucción del hábitat es una de las principales amenazas para los gorilas. Por eso, desde el IJG promovemos permanentemente nuestra campaña "Movilízate por la selva" para recoger de manera gratuita móviles en desuso para su reciclaje o reutilización, disminuyendo así la demanda de materias primas y con ello la minería ilegal que provoca la destrucción de los ecosistemas en los que viven los gorilas y otros animales salvajes. Si tienes un móvil abandonado en un cajón, te animamos a que nos lo envíes gratis y, además, ¡entrarás en el sorteo de un apadrinamiento como soci@ chimpamig@

2. ¡Si haces ecoturismo de observación de gorilas, respeta la distancia de seguridad! Debido a la gran similitud que existe entre humanos y primates, los gorilas son susceptibles de contraer enfermedades humanas. Por lo que mantener la distancia con estos animales es fundamental para evitar contagiarles de enfermedades que para ellos podrían ser letales. En 2021, un equipo de investigadores analizó selfies con gorilas publicados en la red social Instagram y descubrió que la mayoría transgredía las normas de distanciamiento social destinadas a mantener a salvo a estos grandes simios. Solo los cuidadores expertos y veterinarios profesionales pueden interactuar con los animales salvajes. Los selfies o vídeos de personas teniendo interacciones cercanas con animales salvajes difunden la falsa idea de que no hay peligro, pero pueden poner en peligro a ambas especies, a nivel físico y epidemiológico. Por eso, hacer un uso responsable del contenido que se publica y con el que se interactúa en redes sociales es esencial para proteger a los gorilas y otras especies salvajes. 

3. ¡Ayúdanos a difundir la información con tus familiares y amig@s! Cada año, desde el IJG lanzamos la campaña #ForeverWild contra el tráfico ilegal de animales salvajes para concienciar sobre este problema y unir fuerzas para detenerlo. 

23/09/2022
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