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Un selfi no vale una vida: el postureo en redes sociales amenaza a especies en peligro de extinción


Cada verano se repite el espectáculo del turismo irresponsable con fauna salvaje, muchas veces impulsado por la búsqueda de la foto perfecta. Pero esta imagen puede costarle la vida al animal y ponerte en riesgo a ti

A Tina la rescatamos en 2020, junto a otras dos chimpancés adultas, después de llevar años retenidas en horribles condiciones en un restaurante de Cabinda, en Angola, como reclamo turístico. Estaba llena de piojos, tenía parásitos internos y, aunque estaba acostumbrada a ver pasar a personas y animales, desconfiaba del contacto humano. Su historia es la realidad escondida detrás de esas fotos “tiernas” y experiencias con animales salvajes para turistas.
 
La pequeña Tina recuperándose en nuestro Centro de Rehabilitación
de Tchimpounga en Congo (© IJG / Fernando Turmo)
 
La búsqueda de likes con estas fotografías ha alimentado un negocio basado en la interacción forzada con fauna salvaje. Para conseguir esas imágenes, los animales son acosados en la naturaleza, generándoles un alto estrés, o son capturados de su entorno, separados de sus madres y entrenados con métodos agresivos en instalaciones que se hacen pasar por santuarios o centros de rescate, donde viven aislados y sufren daños físicos y psicológicos.
 
Las buenas imágenes de chimpancés salvajes representan a los animales viviendo
libremente en la naturaleza y exhibiendo comportamientos naturales (© Nick Riley)
 
Ni ético, ni seguro

La interacción con animales salvajes representa un peligro para las personas. Son seres con fuerza e impredecibles que pueden reaccionar de forma agresiva cuando se sienten amenazados o estresados. Lamentablemente, hay ejemplos de ello, como el caso ocurrido a principios de año en Tailandia, cuando una joven española de 22 años murió tras ser embestida por un elefante en un centro turístico que se promocionaba como ético durante una actividad donde los visitantes podían bañar a los elefantes.

Además del evidente peligro físico, el contacto estrecho con animales salvajes también supone un riesgo sanitario. Existen enfermedades zoonóticas que se transmiten entre humanos y animales. El turismo irresponsable puede convertirse en una vía de contagio de estas zoonosis que, según la Organización Mundial de la Salud, suponen el 60% de las enfermedades infecciosas en humanos.
 
Infografía del Programa para el medio ambiente de la ONU
 
Y no solo para nosotros. Los grandes simios, por ejemplo, cuyo avistamiento ha ganado popularidad en los últimos años, son susceptibles de contraer enfermedades humanas, como las  infecciones respiratorias, debido a nuestra estrecha relación genética, convirtiéndose así en una de las principales amenazas para su conservación. La proximidad de los humanos en las salidas para avistarlos, que no suelen respetar las distancias, ha aumentado este daño.


El turismo de conservación

Ahora bien, existen alternativas responsables, como el turismo de conservación. Este tipo de turismo se planifica y realiza cumpliendo unas directrices establecidas para priorizar el bienestar animal. También ayuda a proteger a los animales en peligro de extinción y sus hábitats, así como apoyar a las comunidades locales, al destinar una parte significativa de sus ingresos para ello.

En sus actividades no permiten el contacto estrecho con los animales, respetando la distancia de seguridad, ni hacerse selfis con ellos. Los guías no fuerzan los encuentros, por lo que la observación no siempre es posible ni está garantizada.
 
 
Igualmente, los verdaderos santuarios no exhiben a sus animales con fines comerciales y tampoco permiten la interacción ni acercamiento a los mismos. Los ingresos de las visitas se destinan para la recuperación de los individuos y, si es posible, su reintroducción en la naturaleza.


¿Cómo disfrutar de los animales sin dañarlos?

Distinguir entre un santuario real y una atracción disfrazada no siempre es fácil. Es clave informarse bien, leer reseñas, y verificar si siguen guías de buenas prácticas, como la recientemente actualizada Best Practice Guideline for Great Apes Tourism de la UICN, en el caso del avistamiento de grandes simios en la naturaleza.
 
 
Del mismo modo, también es importante pensar antes de subir contenido en redes sociales. ¿Estoy normalizando una práctica peligrosa o respetuosa? Las imágenes mostrando a animales salvajes interaccionando con personas no expertas fomentan el turismo dañino, lo que implica estar a una corta distancia del individuo poniendo en riesgo a ambas especies. También incrementan la demanda de crías como reclamo turístico, lo que promueve el tráfico ilegal de animales salvajes, uno de los mayores negocios lucrativos y la segunda causa principal de extinción de especies.
 
Vehículos de safaris en Masai Mara rodeando a un guepardo mientras come a su presa
 
Los animales salvajes no están al servicio del entretenimiento humano ni son accesorios para sumar likes en nuestras redes sociales. Si realmente quieres y te importan los animales… la mejor manera de protegerlos es observándolos a distancia. Chimpancés como Kabi, Viena, Perrine, Zezé y tantos otros… te lo agradecerán.
 
Grupo de infantes huérfanos de nuestro Centro de Tchimpounga,
rescatados del tráfico ilegal (© IJG / Fernando Turmo)

26/06/2025
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