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¡Celebramos el Día de la Madre chimpancé!


Conoce el vínculo entre madres y crías de chimpancé a través de las tiernas historias de Fifi, Gremlin, Hiila, La Vieille y Wounda 

Este domingo se celebra el Día de la Madre y en el Instituto Jane Goodall queremos homenajear a las madres tanto humanas como chimpancés. 

Al igual que para los seres humanos, las madres chimpancés son una pieza clave en el desarrollo de sus crías, a las que les ofrecen alimento, protección, apoyo y todos los conocimientos necesarios para su supervivencia.

Al nacer, el bebé es totalmente dependiente y pasa su primer año de vida en contacto constante con su madre. A partir de los 6 meses, la madre lo transporta en su espalda y, a partir del primer año de edad, es cuando empieza a moverse a su alrededor, siempre bajo vigilancia materna, y a menudo con ayuda de hermanas/os mayores.

El destete se produce a los 4-5 años aproximadamente, pero los chimpancés no son completamente independientes hasta los 6-9 años. De todos modos, la mayoría mantienen el vínculo con su madre durante toda la vida.



Esta relación entre madres y crías chimpancés la conocemos bien gracias a la pionera investigación en Gombe de la Dra. Jane Goodall. Fue precisamente su madre, Vanne, la que impulsó su curiosidad y la animó a trabajar duro y nunca rendirse. Siguiendo sus valiosos consejos, una joven Jane consiguió cumplir su sueño de viajar a África, donde conoció al paleoantropólogo Dr. Louis Leakey, quien le encomendó la difícil misión de estudiar el comportamiento de los chimpancés salvajes en Gombe (Tanzania) en 1960.
 
Jane Goodall con su madre Vanne en Gombe

El nacimiento del bebé Flint, hijo de la matriarca Flo, significó el inicio del primer estudio de la relación madre-cría en entorno salvaje por parte de la joven Jane, quien pudo comprender mejor los instintos de las madres chimpancés y el vínculo afectivo que comparten con sus crías. Descubrió también que cada madre tenía su propio estilo de crianza. Algunas eran muy atentas y juguetonas con sus pequeños. Los criaban con afecto, dedicación, protección y confianza, lo que les permitía luego convertirse en adultos seguros de sí mismos y alcanzar lugares prominentes en la estructura social de los chimpancés. Pero otras madres eran menos cariñosas y más pasivas, y eso repercutía luego en la poca autoconfianza de las crías y en ocupar lugares relegados en la jerarquía de dominancia.

Para la Dra. Jane, observar a las madres chimpancés cuidar a sus crías fue fascinante y en varias ocasiones ha confesado que esos descubrimientos la ayudaron a convertirse en una mejor madre para su propio hijo.  

Aquí os presentamos a algunas de esas “buenas” madres chimpancés que hemos tenido la suerte de conocer y estudiar.
 
Fifi, madre salvaje en Gombe

Fifi era una de las chimpancés que vivían en Gombe cuando la Dra. Goodall llegó allí por primera vez. Entonces tenía solo dos años y como toda joven chimpancé era curiosa y vivaz. Fue la única hija de la hembra dominante Flo y al parecer heredó la habilidad de su madre para la crianza. Al igual que Flo, Fifi crió chimpancés que también terminaron convirtiéndose en machos alfa, los famosos hermanos Freud y Frodo.

Fue una de las grandes madres de Gombe y dio a luz a nueve hijos, siete de los cuales sobrevivieron. A todos ellos les demostró un gran cuidado y paciencia. De hecho, dejó que su primer hijo, Faustino, siguiera cabalgando sobre su espalda después de que naciera el segundo, Ferdinand.

Lamentablemente, en 2004, Fifi desapareció. Pero su legado de madre buena y afectuosa vive para siempre en la investigación sobre el linaje familiar 'F' que continúa hoy en día a través del Instituto Jane Goodall.
 
Fifi con una de sus crías

Gremlin, exitosa madre de mellizas

Gremlin es una mamá muy especial de Gombe. Siempre ha sido maravillosa consolando, confortando y distribuyendo su atención a toda su descendencia.

Nacida en 1970 de Melissa, Gremlin es una figura matriarcal importante en su comunidad. Tiene cinco hijos que aún viven, los más famosos son las mellizas Golden y Glitter, dos de las mellizas más longevas que han sobrevivido en estado salvaje.

Gremlin ya mostraba una afinidad por la maternidad a sus 10 años, cuando ayudaba a Melissa a cuidar de su hermano menor Gimble. En los últimos años, Gremlin también demostró su interés en “adoptar” a sus nietos Godot, hijo de Gaia, y Gossamer, hijo de Glitter. Aunque, desafortunadamente, ninguno de estos dos bebés sobrevivió. Sin duda, Gremlin es una chimpancé dulce y cariñosa y una excelente madre
 
Gremlin con sus mellizas Golden y Glitter


Hiila y Cheempo, mamá y cría salvaje en Senegal

Hiila vive feliz y en liberad en Senegal junto a su tierno bebé Cheempo, al que cuida cariñosamente y vigila mientras aprende a trepar por las lianas. Ambos pertenecen a la subespecie Pan troglodytes verus, en peligro crítico de extinción según la UICN. Por eso, desde 2009, el Instituto Jane Goodall España en Senegal lleva adelante un programa de investigación y conservación in situ de esta subespecie.

Dentro de la Reserva Natural Comunitaria de Dindefelo es donde Hiila y su hijito Cheempo viven, y gracias al departamento de investigación podemos observar cómo madre y cría van creciendo. 

Hiila es además embajadora de nuestro programa chimpamig@s, mediante el cual puedes apadrinarla para ayudarnos a proteger a su grupo y el hábitat de los últimos chimpancés del país. 
 
Hiila y su hijito Cheempo en los bosques de Senegal

La Vieille, madre sustituta de los chimpancés rescatados

Otra extraordinaria madre chimpancé que la Dra. Jane Goodall tuvo la suerte de conocer fue La Vieille. Sus primeros años son un misterio, pero seguramente fue capturada de la selva y usada como mascota, hasta que se volvió muy fuerte y fue abandonada en el zoológico de Pointe Noire (Congo) en 1974, donde las condiciones eran terribles. Por suerte, La Vieille fue rescatada en 1992 y transferida a Tchimpounga, el Centro de Rehabilitación de Chimpancés del Instituto Jane Goodall en Congo.

A su llegada, La Vieille se asustaba fácilmente y durante los dos primeros años no abandonó su recinto. Poco a poco, con el apoyo de los cuidadores de Tchimpounga, esta anciana chimpancé consiguió vencer sus miedos y fue trasladada a un recinto con un chimpancé famoso, Gregoire, con quien compartió muchos años. Tras el fallecimiento de Gregoire, uno de los chimpancés más longevos de África, La Vielle se quedó sola y muy triste. Por ello, se la cambió de recinto para que estuviera acompañada por algunos de los chimpancés huérfanos más pequeños, y de paso, para que ayudara a cuidarlos. Allí, La Vieille empezó a estar más activa que nunca y se convirtió en una increíble mamá sustituta, alimentando, cuidando y entreteniendo a las crías traumatizadas que llegaban al Centro.

La Vieille era muy tolerante con el comportamiento travieso de las crías y les permitía cabalgar sobre su espalda mientras ella caminaba. También colaboró con la limpieza de las crías cuando desarrollaron un problema fúngico en la piel.
 
 
La Vieille fue madre adoptiva de muchas de las crías huérfanas que llegaron a Tchimpounga

La presencia de La Vieille fue fundamental para estabilizar el grupo de infantes, educarles y brindarles la protección y contención emocional que necesitaban. Su compasión y buen corazón perduran hoy como uno de los ejemplos más hermosos.
 
Wounda, madre superviviente rescatada en Congo

Igual que muchas de las otras víctimas rescatadas por el Instituto Jane Goodall en Congo, Wounda fue salvada del comercio ilegal de animales salvajes después de que unos cazadores furtivos la arrebataran de su familia. Cuando llegó al Centro de Rehabilitación de Chimpancés en Tchimpounga, su vida pendía de un hilo. Gracias a los cuidados del experto personal del Instituto Jane Goodall, que proporcionó no solo un buen tratamiento médico sino también mucho amor por parte de los cuidadores, Wounda se recuperó y pudo ser transferida a una de las tres islas de Tchimpounga bajo protección del IJG.

Allí, Wounda es hoy la hembra alfa de su grupo y también la cariñosa y competente madre de un pequeño y hermoso bebé llamado Hope (“Esperanza”), quien está creciendo en la selva con otros miembros de su especie y aprendiendo de su madre las habilidades sociales y de comportamiento que le harán falta en un futuro. 

Pese a todo lo que sufrió al principio de su vida, Wounda es un ejemplo de resiliencia y esperanza.
 
Hope se va haciendo mayor pero sigue disfrutando de cabalgar sobre la espalda de su madre Wounda

Gracias a la pionera investigación que la Dra. Jane Goodall inició en Gombe hace más de seis décadas y que todavía hoy continúa a través del Instituto Jane Goodall, hemos aprendido el importante papel que desempeñan las madres chimpancés en el desarrollo de sus crías.

Por eso, también es importante destacar la imprescindible labor que ejercen l@s cuidadores en Tchimpounga. Cuando los chimpancés huérfanos rescatados llegan al Centro, son cuidadoras como Antonette quienes actúan como madres adoptivas, dedicándoles 24 horas de cuidado y afecto para que los bebés se sientan protegidos, seguros y amados, ya que esa temprana edad es crucial para su desarrollo emocional, cognitivo y físico. A lo largo de los años, Antonette ha cuidado de un gran número de huérfanos rescatados, como Anzac o Vienna. Podéis conocerla mejor aquí.
 
La cuidadora Antonette ha sido la madre adoptiva de muchas crías, como Anzac

Si te han gustado estas historias, puedes apoyarnos para que sigamos protegiendo a las madres y familias de chimpancés realizando una donación puntual, haciéndote teamer por 1€ al mes, apadrinando como soci@ chimpamig@ o convirtiéndote en Cuidador/a Virtual de la mamá Wounda. Nos estarás ayudando a proteger a los chimpancés de la caza y el tráfico ilegal de especies y a darles una segunda oportunidad en la vida, llena de cuidado y amor.

04/05/2023
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